28 febrero 2007

Sobre la lealtad a la muerte (Hagakure) por Jose Manuel

Leyendo el Hagakure del maestro Yamamoto, he reparado en una entrada que me ha llamado mucho la atención. Este párrafo, que popularizó el ahora oscarizado Forest Whitaker en "Ghost Dog, el camino del samurai" (película sobre la cual no hablaré aquí) me ha dado siempre mucho que pensar. Y esos pensamientos me han conducido a la idea de que para el maestro, la lealtad a la muerte es en realidad la lealtad a la vida, una vida libre y sin temores. La reproduzco para vosotros antes de explicarme.


Sobre la Lealtad a la Muerte

La lealtad absoluta respecto a la muerte debe ser puesta en práctica todos los días. Cada amanecer, debemos de comenzar meditando tranquilamente, pensando en el momento último e imaginando las diferentes maneras de morir; por una flecha, por un cañonazo, atravesado por un sable, sumergido por las olas, saltando en un incendio, golpeado por un rayo, aplastado por un terremoto, cayéndo desde un risco, víctima de una enfermedad, o súbitamente. Debemos comenzar el día pensando en la muerte.
Como decía un anciano "Cuando abandonáis vuestro tejado os adentráis en el reino de los muertos; cuando abandonáis vuestro umbral, encontráis al enemigo".

Esta sentencia no precogniza la prudencia, sino la firme resolución a morir.

Algunas personas con las que he comentado el texto se quedan en el mero sentido literal de las palabras. Cuando yo lo leo, sin embargo, veo en él una hermosa metáfora expresada con las palabras de un guerrero. Cuando el maestro nos habla de prepararnos para la muerte, que no es mas que el fin natural de toda vida, en realidad nos habla de vencer el miedo.

El maestro no nos exhorta a pasar horas en un jergón enumerando las posibles maneras en que podríamos morir. La muerte, el fin último, parece a todas luces, el peor destino que le aguarda a un hombre. Si este hombre lo acepta de manera firme, ya no ha de temer a nada, pues ha aceptado el peor de los destinos. Es libre, es invencible.

Pero no es el miedo a la muerte lo único que atenaza el corazón de un hombre. Hay otros… muchos. Pero a todos los ellos se los puede vencer cuando se toma la firme resolución de hacerlo, de actuar, de no sucumbir a la duda, al temor… No se puede vivir escondiéndose de la vida. Sólo se puede vivir una vida plena cuando se vive sin temor. El maestro nos invita a aceptar lo que venga con resolución, a actuar sin miedo, a estar preparados.

Así pues debemos enfrentarnos a nuestros temores con la firme resolución de derrotarlos. Y así poder vivir sin miedo a "abandonar nuestro umbral", pues el enemigo al que podemos encontrar al cruzarlo… solemos ser nosotros mismos.


José Manuel